jueves, 20 de diciembre de 2018

Navidad 2018

Todavía no han llegado las fiestas principales. Pero me animo a publicar unas imágenes de lo que las precede. Ya va siendo Navidad casi desde Octubre. Cosa que ya es un poco exagerada. Desde el puente de diciembre todavía poner el Belén y empezar las compras. Pero antes es un poco excesivo. FOTO digitalhambra os desea muy Feliz Navidad y Prospero año nuevo.

sábado, 9 de abril de 2011

Lilas Blancas


Menudo día hace. Me he ido a pasear y, en mi cercado he visto estas bellezas naturales. La Naturaleza está estallando. Aprovechad para hacer fotos, en nuestro establecimiento podemos imprimir vuestras imágenes para conservarlas en algo más que un disco duro. Calidad Garantizada.

sábado, 5 de febrero de 2011

San Valentín 2011


He estado mucho, demasiado tiempo sin publicar, vuelvo con este relato de un amor ideal, difícil de encontrar...


NO OLVIDARÉ TU RAMO DE ROSAS

Amadeo era un hombre corriente, pero de esas personas que cuidaba todos los detalles. También, claro, en su relación de pareja. Rosaura, su mujer, a la que conocía desde la adolescencia esperaba ese 14 de Febrero un ramo de rosas rojas con el que la obsequiaba Amadeo todos los 14 de Febrero, el día del Aniversario que se conocieron el 22 de Abril y el día del cumpleaños de Rosaura. Pero ese día no lo recibió y, aunque se extrañó procuró no pensar en ello.
Por su trabajo Amadeo tenía que viajar algunos días. Ese 14 de Febrero se encontraba fuera y se le olvidó. La única vez en su vida que se le había olvidado el ramo de rosas rojas a su amada. Cuando volvió del viaje se deshizo en excusas, pues al final de la jornada se dio cuenta de su olvido.
Rosaura le dijo con su voz suave: -No te preocupes por las rosas y el regalo, lo importante es que tengo nuestras sonrisas, nuestros paseos, nuestras noches de pasión, nuestras miradas y tengo el mejor regalo te tengo a ti. Desde que me conociste no me han faltado las rosas en acontecimientos especiales ni tus regalos. Me has escuchado cuando me ponía pesada con mis cosas. Has aguantado mis enfados sin enfadarte tú. No tienes que excusarte pues esta mañana tenía el ramo de ayer, y me dijo el de la floristería que lo llamaste a las 12 de la noche para que llegara a tiempo hoy. Hay quien solo se acuerda de que tiene una pareja este día, tú lo haces constantemente.
Amadeo agradeció tener a la mujer que siempre había deseado. Sus ojos negros y su pelo castaño ondulado siempre le volvieron loco. No era una mujer de bandera, pero era su amor de siempre, como he dicho desde muy jóvenes. Él era un hombre corriente de esas personas que parece que no están, pero que son necesarias sobre todo para sus parejas.
Tenían sus discusiones, sus riñas y hasta sus malos momentos. Pero casi siempre acababan abrazados y con un ramo de rosas y mil excusas si era Amadeo quien lo provocaba. Eran una pareja si no perfecta, si ideal.
Pasó el tiempo y envejecieron. Las arrugas y la mala salud no hicieron que Amadeo no siguiera enamorado de Rosaura. Miraba con atención los ojos negros que lo enamoraron un día de Abril. Rosaura tenía los bronquios delicados y un día empezó a complicarse la cosa. Se la llevaron al hospital y allí terminaron los días de la enamorada. Cuando se lo dijeron a Amadeo le fallaron las piernas, ella era la razón para seguir vivo pero tenía que seguir aquí, por que con la muerte no son buenos los atajos.
En el funeral solo puso Amadeo una condición. Que no hubiera crisantemos, gladiolos o lirios ni coronas tristes. Que todos lo que quisieran honrar a Rosaura le mandaran un ramo de rosas rojas. El ataúd estaba impresionante lleno de rosas rojas y la sepultura destacaba en el cementerio por la montaña de rosas.
Los años que siguieron fueron duros para Amadeo miraba una foto de la juventud de Rosaura, y se preguntaba ¿Por qué la han hecho oficialmente un Ángel si ya lo era en vida? Y no faltaba ni un 14 de Febrero ni un 22 de Abril ni en su cumpleaños en septiembre a su cita en la tumba con su ramo de rosas. Se apoyaba en su bastón y le caían unas lágrimas recordando a su amada. Caían sobre el terciopelo de las rosas como un rocío improvisado y acababan en la superficie de la tumba como si quisieran irse con ella.
Una neumonía puso en muy mal estado de Salud a Amadeo. Cuando casi llegaba a su fin el día 14 de febrero por azar del destino se acercó a su sobrino (no tenían hijos) y le dijo que deseaba unas flores. El sobrino bromeo diciendo ¡Si nos vas a enterrar a todos! Y le dijo no, no son para mí son para la tía Rosaura, es un día especial. Una vez se me olvidó darle su ramo de rosas rojas y no quiero que nunca pase más. Y su sobrino sabiendo del gran amor que tenía por su tía encargó un ramo de rosas rojas para que la depositaran en la Tumba de Rosaura. Al día siguiente había más flores, pero estas para Amadeo pues murió esa misma noche.
Días después las rosas rojas empezaron a marchitarse. El sepulturero las iba a tirar, pero vio una que tenia como unas raíces y la plantó al lado de la tumba de Rosaura y Amadeo. Esa misma primavera, el 22 de Abril florecían unas nuevas rosas rojas al lado de la tumba. Y curiosamente florecían pocos días antes del 14 de Febrero, en Abril y En Septiembre. Y a Rosaura no le faltaron rosas en mucho tiempo.
“El amor es algo más que un día al año, es constante atención a quien se ama”

martes, 27 de abril de 2010

El Crepúsculo manda





LA LAGUNA ETERNA

El piloto no creía haberse alejado tanto. La avioneta salía de entre las nubes y planeaba sobre un lago inmenso. Reflexionó y dibujo en su mente todos los mapas de las tierras que sobrevolaba habitualmente. No había ningún lago, ni una cadena montañosa como la que lo cercaba. La Selva a la que estaba acostumbrado ahora era, tras las cumbres un desierto feroz. Y en medio el lago, las elevaciones y algo más.
Dejó que el avión bajara un poco más, las aguas eran tan cristalinas que podía verse a través de ellas. No, no podía ser, allí abajo no ¿Cómo diablos respirarían? Lo que divisaba bajo las aguas era una ciudad, pero eso no era lo más raro. En ella se veía gente, bueno algo parecido porque las personas normales estarían ahogadas.
Trató de guiar su aeronave hacia la orilla, pues el combustible ya iba muy justo. Aterrizó en lo que parecía ser una playa del lago, y embarrancó el avión, pues era de arena muy fina, lo que hizo que prácticamente fuera imposible volver a remontar.
Una vez en tierra, no sin algunas magulladuras, reflexionó: - Es imposible que haya una ciudad ahí abajo, debo estar muy cansado. Voy a buscar algún refugio entre las rocas y mañana analizaré, con mejor ánimo mi situación.
Amaneció, pero no veía el sol, pensó que las montañas eran demasiado altas para que se viera el astro rey. Entonces volvió al lago y se asomó. Pues no, no había imaginado nada ahí estaban los edificios y la gente transitando como si nada. Una idea descabellada surgió de su mente. ¿Y si intento meterme en el agua? Si ellos pueden respirar ¿Por qué yo no?
Su idea parecía un suicidio. Pero, habiendo salido vivo de su accidente al aterrizar y viendo que nada era lógico, empezó a hundirse en el agua. Cuando su cabeza rebasaba el límite superior del agua no notó que necesitara respirar. Y siguió hacia dentro.
Llegó a los límites de la ciudad y nadie parecía advertir su presencia. Sin embargo uno de los habitantes se acercó. ¿Eres nuevo? La pregunta le sorprendió además de entender lo que le decía. ¿Hablas mi idioma? Le dijo el piloto. Aquí todos hablamos el mismo idioma, esta es la laguna de los mortales todo el que tiene sus días contados acaba aquí. Luego de un tiempo muchos se van, no sabemos adonde, pero nos abandonan.
Nuestro amigo no daba crédito, ¿Estaba… Muerto? Según la mitología esa era la Laguna Estigia, donde iban a parar los fallecidos. No había visto al barquero Caronte, quién los guiaba a través de es laguna, pero trató de pensar que esto era un mal sueño.
No sufras, le dijo el habitante ultramundano, probablemente hayas sufrido un accidente y por ello no eres consciente de tu muerte. Cuando hay una larga agonía o una enfermedad previa, la gente no se sorprende de que su vida haya terminado. Tú probablemente la hayas acabado de forma repentina.
Ahora visualizaba el momento anterior a ver el lago. Estaba en una tormenta cerrada y los rayos se acercaban peligrosamente. Probablemente alguno o algunos impactaron en su aeronave y la derribaron. O el viento hizo que se desplomara. Ahora se explicaba que hubiera aterrizado en una playa arenosa y no se hubiera estrellado, sencillamente porque eso había pasado anteriormente.
Allí no se medía el tiempo, nada costaba esfuerzo y podías dedicarte a lo que quisieras. Tenías de todo para pasar los ratos. Podías competir con atletas, leer libros, incluso jugar con videojuegos. También podías pasear sin cansarte. Comer sin hartarte. Beber sin emborracharte. Había hombres y mujeres, pero nadie parecía ocuparse de relacionarse allí, ni parecían necesitarlo. Aquello era como la Terminal de una estación de tren, tarde o temprano te marcharías de allí.
¿Y nadie ha vuelto del siguiente destino? Pregunto el piloto. – No, le contestó el habitante de ese mundo. Y es mejor que no lo hayan hecho. Es mejor no saber lo que haremos más adelante. En la Tierra la gente hace cábalas de si existe o no existe una vida posterior. Si alguien hubiera vuelto de aquí, por ejemplo, la gente sabría a que atenerse y quizá su comportamiento sería descuidado y sin tener miedo a lo que vendría después.
De esta manera si allí no saben que les espera la laguna y aquí no sabemos lo que nos espera después, trataremos de comportarnos conforme realmente somos y así, en nuestro siguiente paso, sabrán realmente como es nuestro talante.
¿Y mi familia, y mis amigos, y mi pareja? – No sufras, ellos saben que has muerto y saben que no se puede remediar. De esa forma pueden recordarte, si supusieran que estás aquí, probablemente en poco tiempo dejarías de preocuparles.
¿Durante cuanto estaré aquí? - Eso no depende ni de ti, ni de mí, depende de otros estadios y de los seres que los gobiernan. Aquí, como ves, ni se tienen en cuenta tus faltas, ni tus buenas obras, esto es una frontera y lo que está más allá, es una incógnita.
No te preguntaré más cosas, solo una ¿Cómo te llamas o como te llamaban?
– Me llamó Tránsito, pero puedes llamarme Caronte.

Autor: Juan Gregorio García Alhambra
29/01/10

martes, 30 de marzo de 2010

Seven





Una poesía, con siete deseos prohibidos. No me extiendo sed felices

SIETE RAZONES PARA AMARTE

Tengo siete pecados sin remedio
Envidia de tu piel que te acaricia
Pereza de soñar en tu dormitorio
Gula de tus besos, de tu malicia
Avaricia de tenerte en mi pecho
Ira contra quien te pueda dañar
Soberbia pura de poderte amar
Lujuria extrema, vivir deshecho
Amor verdadero pero prohibido
Sensación de estar tan confundido
Solo quererte debe ser pecado
A nadie amé como te he amado

Juan Gregorio García Alhambra
24/03/10

martes, 23 de marzo de 2010

Unos versos sin serlo apenas






He vuelto y espero publicar un poco más continuadamente. Os pongo una fotografía de Cazorla donde estuve la semana pasada. Un Paraíso entre mortales. Y una poesía con pretensiones de ser pero no lo consigue, solo he conseguido un poco de ritmo.


POESÍA SIN RIMA
Quisiera hacer un poema sin rima
Desearía querer sin que doliera
Ser tan dulce como tus labios
Tan oportuno como tu sonrisa
Querría vivir tus ilusiones
Y sentir todas tus pasiones
Desearía regalarte mi corazón
Y hasta mi vida toda entera
Decirte piropos sin que te sonrojes
Soñar juntos que somos felices
Querría regalarte el mundo
¿Para que? Eres mi Universo
Que fueras Luna en mis noches
Lucir como el sol en mis mañanas
Quitarle el perfume a las flores
Y robar la belleza a tus ojos
No podrías mirarme igual
Ni los jardines tendrían su olor
Me arrepentiría y te devolvería
Multiplicada la hermosura a tus ojos
Y a las flores su aroma retornaría
Entonces te envolvería entera
Y tu mirada con tu perfume
Haría que estuviera como loco
Quería hacer una poesía sin rima
y no creo haberlo conseguido del todo
pues creo que ha sido solo un elogio
de tu persona, de tus sentimientos
de mis anhelos y de mis ilusiones
AUTOR: JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA
24/05/09

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Nevada




Una cosa que no tiene que ver con la foto que es de la nevada del otro día:
He vuelto, a ver si no dejo lo del blog:
UNA NUEVA COMPETICIÓN

El Sol moría, como cada atardecer entre una Luna que desafiaba a la naciente oscuridad. Con unas estrellas que eran como agujeros en el espacio por lo que, quizás los ángeles nos observan.
El satélite crecía, se llenaba de ella misma y, al caer dos pequeñas estrellas fugaces a su lado, se podía pensar que eran dos lágrimas siderales.
El corazón de la chica se encogía. No era el frío que la noche suele tener como socio necesario. Pensaba en ese sueño. Una fantasía a la que, sin embargo, se aferraba. Quería salir corriendo y huir, no le importaba adonde. Cualquier sitio sería oportuno. Deseaba volar, sin especificar la altura. Quería ser libre, ser feliz.
Pero no podía. Volar, nadie puede volar por si solo. Pero correr… eso continuaría siendo un sueño por toda su vida. La semana pasada se los dijeron. Y ella deseó que estuvieran bromeando. Ella, una deportista consumada. Campeona de medio fondo en su región.
Cuando los médicos no sonrieron al decirlo, era algo serio. El mundo se abalanzó sobre su cabeza. La caída en una excursión, le había machacado la rótula y había dañado seriamente tanto los ligamentos como otras articulaciones. Esa pierna estaba inmovilizada.
Por su bien debían dejarla como una pieza rígida. Por el resto de su existencia. Sentí rabia, pena, dolor, miedo y angustia. Miraba al cielo, apoyada en su muleta y pensaba buscar en él alguna solución. Se sentía la más desgraciada de ese Universo que contemplaba.
Se acostó, con alguna dificultad, en su cama y se durmió. Soñó que volvía a ganar en la carrera del año próximo y se levanto con un amargo optimismo. Después llegó la realidad. Se desplazaba paso a paso. Se metió en el coche de su padre para ir a la primera revisión, después del accidente.
Cuando llegó al Hospital, empezó a revivir en ella su espíritu luchador. Allí vio a gente en silla de ruedas. Algunos inmóviles de cuello para abajo. Observó a pacientes que conservaban su movilidad, pero que, en la zona de Psicología y Psiquiatría, eran como zombies.
Esa gente tampoco había elegido eso. Ni estar enfermo ni tampoco se habían resignado. Acudían al médico para curarse. A veces de sus dolencias. Otras veces para que escucharan sus síntomas y, sin darles una solución milagrosa, sentirse queridos por el personal que los atendía.
Nuestra amiga se aproximaba a la puerta de la consulta y abría la puerta a los ancianos o desvalidos que tenían dificultad para entrar en la habitación. Le costaba trabajo, pero, se empezó a dar cuenta, de los que había allí, era una privilegiada. Tener una pierna inmóvil es una desventaja, pero que esa atrofia pase a la mente sería mucho peor.
Al darle de alta, habló con algunos compañeros corredores de su federación. Se ofreció para entrenar, en la medida de sus posibilidades, a nuevos atletas. No sólo no le pusieron trabas, sino que le animaron a entrenar a chicos y chicas que deseaban correr el medio fondo. Si ella no podía competir, al menos podría ayudar a alguien a realizarlo.
Su padre le regaló un telescopio. Pues no le gustaba que desperdiciara algunas noches mirando el cielo a escala real. Estudió el cielo, la Luna y las estrellas. Se sentía, a la vez, pequeña ante la inmensidad y grande ante sus nuevos desafíos. Estaba mejor y decidió no quedarse quieta, como le obligaría su lesión.


No maldijo su mala suerte, más bien se alegró de estar viva. Ahora se movía menos, pero, en compensación, leía más. Viajó, sin moverse de su habitación por países exóticos, por galaxias lejanas y por reinos fantásticos. Y volvía a su pequeño habitáculo satisfecha.
Su vida podía ser, en lo sucesivo, duradera o corta. Pero sería plena.

“Los obstáculos no nos vencen, somos nosotros los que tenemos que salvarlos”


AUTOR: JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA
09/10/09