viernes, 17 de octubre de 2008

Volveré a ser "Novelista"


Me estoy animando a poner de nuevo el libro "El perfecto buscavidas" voy a reformarlo y añadir algunos capítulos más. En breve, permaneced a la espera.
Ahora añado otro relato corto, para ver lo daños de la droga. Es un espejismo que se transforma en pesadilla. Sobre todo a los jóvenes, no merece la pena, si tenéis problemas, afrontadlos. No o refugiéis en drogas incluido el alcohol. Porque no os amparan os atrapan y soís piltrafas en manos de desalmados.

NOCHES DE CAÑA

Hola a todos soy “Grichu”, mi nombre real es otro pero las cosas que voy a relatar me impiden dar mi identidad en la vida corriente. Mis padres podrían enterarse y soy demasiado joven para que ni siquiera sospechen mis correrías de fin de semana.
Soy menor de edad pero siempre hay algún colega mayor, que aparte de suministrarnos todo tipo de “mercancía” nos acerca en su coche a cualquier macrofiesta o discoteca trallera.
Paso toda la semana soñando con que llegue el viernes. Mis padres suelten la pasta y despegar. El fin de semana es continuo, no como los viejos, que se apoltronan y luego se van a dormir. Empieza el viernes y termina el domingo por la noche. Bueno algunas veces he alucinado y ha terminado el lunes al amanecer. Sí tengo 15 años, pero parece que tengo casi 18. Soy alto, y mi forma de vestir y de comportarme son de persona mayor.
Un día nos desmadramos del todo, ¿porqué? Yo que sé nos metimos pastillas y alcohol, mucho alcohol. Una mezcla de lo más alucinante. Le robamos un coche a dos piltrafillas que se lo dejaron sin antirrobo. Y encima mis amigos mayores me retaron a que lo condujera. Que fuerte y que total, no veía ni los parabrisas. Y de repente nos chocamos con un kiosco, casi lo derribamos. Nos apeamos riendo y salimos pitando a otra parte.
Más tarde pasamos por allí y no veas la que tenían montada los de la policía, y el del kiosko. Me parece que esa mañana de vender chuches y periódicos nasti de plasti. Hasta el jeta de mi amigo el Baka le preguntó a un agente que si había heridos. Fue una pasada riéndonos del propio accidente que habíamos provocado.
Esa noche me prometieron que probaría la nieve, y esquiaría hasta el fondo de la pista. Yo les dije a mis compañeros que no tenía mas pasta y que lo dejáramos hasta otra noche. Ellos se pusieron serios y no sé como mosqueados me dijeron que bueno que otro día.
Cuando llegué a mi casa no veía ni el portal. Pero entré despacio y fui a vomitar todo al servicio. Después me fui a dormir. Pero ¿quién ha puesto el despertador a las ocho un domingo? ¡Joder! Vamos despierta que no llegas al instituto. No lo entiendo es ¿Lunes? Mis padres no me oyeron llegar, pero el éxtasis me mantiene un poco despierto y me iré al instituto. Si no me pillan me voy a dar una vuelta y doy una cabezada por ahí. Lo de la coca de ayer he de reconocer que me impresiona, no sé, lo del alcohol, algún canutillo y unas pastillitas de vez en cuando, puedo controlarlo. Eso de la nieve me parece de mayores. Y me asusta un poco. Pero que nadie me diga que soy un cobarde, un marica o algo por el estilo, que barro todas las rayas de la noche.
Mi madre me dice que tengo mala cara. Nos ha fastidiao, no he dormido en todo el fin de semana. Le digo que estoy un poco acatarrado y me voy a dormir. Aunque me han puesto cosas para hacer en el instituto, pasó y me duermo con un poco de Hardcore en mi equipo de música.
Aquí no puedo fumar, mi padre me dice que él si fuma, pero porque ya es mayor. Beber sí, porque es algo normal, incluso él mismo me ha puesto unos cubatas con whisky los días señalados. Eso es de hombres me dice. Mi madre no bebe, ni fuma, por eso será.
El plasta de mi viejo me dice que tengo que estudiar para no se qué de empresas. Que él tiene un buen trabajo y buen sueldo y me reserva un puesto en su negocio. Yo no quiero trabajar en eso, bueno ni en eso ni en nada de momento. Cuando tenga, no sé, veinticinco o veintiséis años ya me buscaré algo. Ahora tengo que vivir mi juventud, y no me hace lo de pasarme cinco o seis años estudiando algo que no sé ni lo que es.
Hay una pibita que me mola, viene al instituto conmigo. Pero no les gusta a mis amigos, dicen que es demasiado formal, flojilla. No la han visto casi nunca de marcha y cuando sale no flipa como los demás. Julia, se llama, a mí si me gusta, pero no puedo reconocerlo delante de los colegas. He hablado con ella un par de veces y me da la sensación de que podemos conectar.
Va dos cursos por debajo del mío. Pero lo más seguro es que me pille, porque de repetir este no me libro. Es una preciosidad, pero cortailla y bastante, como decirlo, tradicional. Creo que es su familia, me dijo que no querían que saliera mucho que eso era malo. Yo le dije que pasara de antiguos y se quedó como más seria y me fui con unos amiguetes a saltarme un par de clases.
Espero que mis padres se den cuenta que lo de estudiar no es para mí. Ya he falsificado mis notas con una fotocopia en color retocada. Pero a fin de año se darán cuenta. El año que viene ya me dan el portante para que pueda dejar de estudiar.
Yo se lo dije un día y me dijeron, ¿qué vas a hacer entonces? Y yo que sé, si ellos son los que tienen el dinero. Pero trabajar lo que se dice currar en serio, me parece que soy demasiado joven para atarme a un trabajo.
Ahora mismo voy a ver a un amiguete mayor que me pasa marihuana. No puedo fumarla en casa. Ni eso ni siquiera un inocente cigarrillo. Pero me las apaño para ocultarlo y luego, en ratos alucinar con el cáñamo. No sé a lo mejor parece que no tengo ninguna coherencia, pero debería agenciarme una fuente de ingresos mejor que mis viejos. Puedo pedirles, pero tanto como voy necesitando, es más difícil. Pero trabajar, ya veré. Incluso podría buscarme la vida con la farlopa y trapichear un poco.
Ahora me cuesta pensar, es como un zumbido lo que tengo en mi azotea. Hace unos meses que me pasa. Creo que tiene que ver con eso de estudiar, no es lo mío. Y esa tos, bueno eso claro que tiene que ver con el tabaco, pero a mis amigos y amigas también les pasa.
Trato de ir más allá de buscar sensaciones nuevas. Ahora he probado el cristal y otras cosas. La coca ya la consumo incluso más que el hachís. Pero me falta algo. ¿Será Julia la que tiene la culpa?
Salimos un par de fines de semana. Pero no conectamos, sin embargo a mi me vuelve loco. Dice que yo soy majo, pero que todo ese rollo de las drogas no le hace. Si pudiera convencerla de que esto es bueno. Que me vea como me lo paso de miedo.
Mis padres dicen que me tienen que llevar al médico. Que las diarreas y los vómitos no son normales. Y eso de levantarme por las noches y luego por las mañanas dormir hasta mediodía no es corriente. Empiezo a estar no sé como cansado. Me meto cosas para tranquilizarme, luego para excitarme. A veces no sé ni los efectos que puedan tener. A lo mejor Julia tiene razón y tengo que controlar un poco más. Por ella lo haría, pero ahora necesito toda esa mierda. Cuando no tengo dinero o no tengo ganas de buscarla, le birlo unos tranquilizantes a mi madre. Pero me da miedo, con dos o tres no tengo bastante. Y me los tomo de cinco en cinco.
Mi padre no me entiende. Dice que ya no hablo con sentido. Que salgo por peteneras. Estos viejos son de lo más raro. Ya no me hace falta incluso meterme cosas tan a menudo. Alucino solo, me vienen ideas de lo más raras. Y veo cosas que ya no estoy seguro de si son reales o no.
He llamado a Julia, no quiere verme. Me dice que ha conocido a otro. No puede ser, todo se esta derrumbando a mi alrededor. Ya tengo la edad de trabajar. Pero me han echado de cinco trabajos. He intentado trapichear, con drogas y eso, pero los que controlan el tema dicen que tengo una pinta de “Yonky” que atraería a la “pasma” solo con verme.
Mis padres dicen que me vaya que no quieren verme en ruinas. Yo no creo que estoy tan mal. Pero me canso con facilidad, mis pulmones no son los mismos. A lo mejor si dejo de fumar... Y de los demás, pero no es tan fácil.
El otro día tuve que robar tres carteras para que me pasaran un poco de coca. Y después le pedí a un camello colega que me fiara una dosis de cristal. No se la he podido pagar. Unos tipos amigos suyos, muy brutos, me han dado una paliza.
Todo empezó con buen rollo. Al menos eso parecía. Ahora quiero morirme. La mujer de mi vida no me quiere, y se que es por toda esta porquería de las drogas. No puedo trabajar, no me adapto. Ya es tarde para volver a estudiar, al menos no tengo fuerzas. Y mis padres, que tanto me han aguantado, ahora no me soportan. Pero quiero eso, morirme, porque no tengo ni siquiera valor para suicidarme. Me duelen los huesos de la paliza. Estoy tirado en una descampado, y puede venir alguien y rematarme. ¡Ojalá! Pero seguiré hasta que reviente. Sin nadie que me ayude, porque en esto me he metido yo solito. Y para salir se necesita solo mi voluntad, que ahora no es mía.

AUTOR: JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA
04/06/07

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