lunes, 20 de julio de 2009


Aqui de nuevo, blogueo poco, pero es que no me dejan mis otras ocupaciones. Ahi os dejo un texto un poco Apocaliptico y una imagen bella, para compensar :-)

EL CLUB DE LOS OCHO JINETES

Estaban reunidos en su despacho. Hoy estaban todos, iban a hacer balance de sus trabajos. De izquierda a derecha estaban colocados: Primero La Ira, Luego la Guerra, después la Avaricia, más allá el Hambre, la envidia al lado de la Enfermedad, cerraban el corro la Soberbia y la Muerte. Siempre se ha hablado de los cuatro jinetes del Apocalipsis, en realidad son ocho, pero los cuatro de siempre son buena representación.
Abrió la Sesión el primer jinete, del que derivaban todos los demás, la Ira. Y saludo a los demás. Buenas noches, ilustres maldades, nos hayamos aquí para dar cuenta de nuestra labor. He de admitir que nunca se nos ha dado mal sembrar el odio, la miseria, el asesinato y otras ocupaciones. Pero ahora es un verdadero placer hacerlo.
Contamos con la ayuda, no solo de los ladrones, asesinos y malas gentes. Ahora se nos han unido con más fuerza los Gobiernos (con sus políticos, sus servicios secretos y sus ejércitos) Las religiones (con sus integrismos, sus intolerancias, su dogmatismo), Los empresarios (con su abuso, su tacañería y sus despidos), los obreros (con su absentismo, su radicalidad y su desprecio al esfuerzo), los jóvenes (con su violencia, su falta de referentes y la negación de su rebeldía), Hasta los niños (con sus caprichos, sus actitudes violentas y su despotismo hacia los padres), los padres (con su incapacidad de educar a los niños y el concederles todo lo que desean con tal que los dejen en paz). No sé si me dejo algo, bueno, a lo que vamos: -Esta década es de los más productiva, hemos contribuido a desencadenar cientos de guerras, hemos alentado miles de hambrunas, destruido ideologías tolerantes y sembrado el rencor entre los habitantes del Planeta Tierra.
Hemos contribuido a que la gente no tenga ideales, o mejor, les hemos indicado los que deben tener. Son nuestros nombres: Ira, Guerra, Avaricia, Hambre, Envidia, Enfermedad, Soberbia y Muerte. Nadie los cuestiona, y quienes se atreven a hacerlo, o son eliminados por sus semejantes (con lo que nos ahorran el trabajo sucio) o condenados al silencio o al aislamiento.
Quien iba a pensar que estos humanos iban a ser tan cooperantes con nuestro Club. Gracias a ellos cada día estamos más vivos. No pueden ni sospechar que, cada delito, cada muerte violenta, cada estafa nos alimenta y que tengan cuidado porque como nos den mucha vida firmarán su certificado de defunción. Aplicaremos nuestra energía para eliminarlos de una vez por todas. Y no, no iremos en caballos y sembrando nuestros nombres para hacerlo, como decían las escrituras bíblicas.
Solo montaremos nuestras cabalgaduras para contemplar como unos se destruyen a otros. Nuestra fuerza es su debilidad, quieren más riqueza, más poder y más violencia, sin pararse a pensar que ese es el principio de su final.
Bien si tenéis algo que decir ahora es el momento. Tomó la palabra la Guerra: las cosas no me pueden ir mejor, cuando no hay un conflicto aquí, hay un atentado masivo allá. La industria armamentística cotiza en lo más alto. Mueren hombres y mujeres, y niños inocentes por todo el planeta. No tengo mucho más que añadir, bueno, que, como dice nuestro líder la Ira, el fin de los tiempos es cuestión de años.
Intervino la envidia, y dijo, los humanos cada vez envidian más a sus semejantes, cada vez desean lo que otros tienen. Así acabarán fraguándose revoluciones y más rencor. Pero sobretodo machacándose conciencias con las andaduras ajenas. Estoy muy satisfecha, es el “siglo de la envidia”.
La soberbia dijo sin ambages: Ningún mandatario quiere dejar el poder y le gusta que le adulen y sigan sus tiránicas y nada igualitarias órdenes. Pronto será el caos, y la soberbia hará que unos quieran ser los que manden a otros y viceversa. Estamos de enhorabuena.
La Avaricia dijo esta vez: Siempre he estado en el “Hit Parade” de los hombres. Todos quieren más y más bienes materiales, incluso negándolos a los demás. Que sigan así y conseguiremos que se acaben matando unos a otros definitivamente.
El Hambre dialogó con la Enfermedad. Cada vez que muere un inocente de hambre, otro lo hace de enfermedad curable. Parece mentira que presuman de civilización el primer mundo. Pero no desistiremos, propagaremos epidemias también entre los acomodados. Y luego les llegará el hambre y la carestía.
La muerte permanecía callada. Y solo dijo: -Compañeros, salgamos y cabalguemos, pues nuestras monturas ya las ha preparado la humanidad, sin esforzarnos, llegará su fin con nuestro trote.
Y, si alguien no lo evita, que lo dudo mucho, estos ocho jinetes patearan con sus caballos la humanidad en poco tiempo, pero realmente no lo harán ellos sino los mismos hombres.

Autor: Juan Gregorio García Alhambra
20/07/09