sábado, 5 de febrero de 2011

San Valentín 2011


He estado mucho, demasiado tiempo sin publicar, vuelvo con este relato de un amor ideal, difícil de encontrar...


NO OLVIDARÉ TU RAMO DE ROSAS

Amadeo era un hombre corriente, pero de esas personas que cuidaba todos los detalles. También, claro, en su relación de pareja. Rosaura, su mujer, a la que conocía desde la adolescencia esperaba ese 14 de Febrero un ramo de rosas rojas con el que la obsequiaba Amadeo todos los 14 de Febrero, el día del Aniversario que se conocieron el 22 de Abril y el día del cumpleaños de Rosaura. Pero ese día no lo recibió y, aunque se extrañó procuró no pensar en ello.
Por su trabajo Amadeo tenía que viajar algunos días. Ese 14 de Febrero se encontraba fuera y se le olvidó. La única vez en su vida que se le había olvidado el ramo de rosas rojas a su amada. Cuando volvió del viaje se deshizo en excusas, pues al final de la jornada se dio cuenta de su olvido.
Rosaura le dijo con su voz suave: -No te preocupes por las rosas y el regalo, lo importante es que tengo nuestras sonrisas, nuestros paseos, nuestras noches de pasión, nuestras miradas y tengo el mejor regalo te tengo a ti. Desde que me conociste no me han faltado las rosas en acontecimientos especiales ni tus regalos. Me has escuchado cuando me ponía pesada con mis cosas. Has aguantado mis enfados sin enfadarte tú. No tienes que excusarte pues esta mañana tenía el ramo de ayer, y me dijo el de la floristería que lo llamaste a las 12 de la noche para que llegara a tiempo hoy. Hay quien solo se acuerda de que tiene una pareja este día, tú lo haces constantemente.
Amadeo agradeció tener a la mujer que siempre había deseado. Sus ojos negros y su pelo castaño ondulado siempre le volvieron loco. No era una mujer de bandera, pero era su amor de siempre, como he dicho desde muy jóvenes. Él era un hombre corriente de esas personas que parece que no están, pero que son necesarias sobre todo para sus parejas.
Tenían sus discusiones, sus riñas y hasta sus malos momentos. Pero casi siempre acababan abrazados y con un ramo de rosas y mil excusas si era Amadeo quien lo provocaba. Eran una pareja si no perfecta, si ideal.
Pasó el tiempo y envejecieron. Las arrugas y la mala salud no hicieron que Amadeo no siguiera enamorado de Rosaura. Miraba con atención los ojos negros que lo enamoraron un día de Abril. Rosaura tenía los bronquios delicados y un día empezó a complicarse la cosa. Se la llevaron al hospital y allí terminaron los días de la enamorada. Cuando se lo dijeron a Amadeo le fallaron las piernas, ella era la razón para seguir vivo pero tenía que seguir aquí, por que con la muerte no son buenos los atajos.
En el funeral solo puso Amadeo una condición. Que no hubiera crisantemos, gladiolos o lirios ni coronas tristes. Que todos lo que quisieran honrar a Rosaura le mandaran un ramo de rosas rojas. El ataúd estaba impresionante lleno de rosas rojas y la sepultura destacaba en el cementerio por la montaña de rosas.
Los años que siguieron fueron duros para Amadeo miraba una foto de la juventud de Rosaura, y se preguntaba ¿Por qué la han hecho oficialmente un Ángel si ya lo era en vida? Y no faltaba ni un 14 de Febrero ni un 22 de Abril ni en su cumpleaños en septiembre a su cita en la tumba con su ramo de rosas. Se apoyaba en su bastón y le caían unas lágrimas recordando a su amada. Caían sobre el terciopelo de las rosas como un rocío improvisado y acababan en la superficie de la tumba como si quisieran irse con ella.
Una neumonía puso en muy mal estado de Salud a Amadeo. Cuando casi llegaba a su fin el día 14 de febrero por azar del destino se acercó a su sobrino (no tenían hijos) y le dijo que deseaba unas flores. El sobrino bromeo diciendo ¡Si nos vas a enterrar a todos! Y le dijo no, no son para mí son para la tía Rosaura, es un día especial. Una vez se me olvidó darle su ramo de rosas rojas y no quiero que nunca pase más. Y su sobrino sabiendo del gran amor que tenía por su tía encargó un ramo de rosas rojas para que la depositaran en la Tumba de Rosaura. Al día siguiente había más flores, pero estas para Amadeo pues murió esa misma noche.
Días después las rosas rojas empezaron a marchitarse. El sepulturero las iba a tirar, pero vio una que tenia como unas raíces y la plantó al lado de la tumba de Rosaura y Amadeo. Esa misma primavera, el 22 de Abril florecían unas nuevas rosas rojas al lado de la tumba. Y curiosamente florecían pocos días antes del 14 de Febrero, en Abril y En Septiembre. Y a Rosaura no le faltaron rosas en mucho tiempo.
“El amor es algo más que un día al año, es constante atención a quien se ama”

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